martes, 8 de noviembre de 2016

CIENCIA... ¿ACCESIBLE?

En este texto se nos muestra el proceso que se da para la publicación de la información científica y el objetivo idílico que se persigue en este: que dicha publicación sea de libre acceso, gratuita y manteniendo los controles de calidad.

Históricamente, la publicación de la ciencia se ha dado en revistas académicas y es algo que se ha mantenido hasta nuestros días. Sin embargo, las cuestiones que envuelven este entramado son abundantes. ¿Qué información se publica? ¿Hay contenidos que es mejor ocultar? ¿La publicación favorece a unos intereses de terceros?

Para responder a esto hay que fijarse en las entidades encargadas de publicar ciencia. En los años 90 el precio de las suscripciones a revistas científicas se elevó a niveles desorbitados. Además, los autores estaban sometidos a los requisitos que estas entidades exigían, por lo que se podía dar el caso de, por ejemplo, obviar el propio autor. Esto hizo que se tuvieran en cuenta diferentes formas de hacer llegar a la sociedad la publicación científica. Así, con la declaración de Budapest en 2002 se abren las opciones de acceso abierto a la ciencia: la ruta dorada (publicaciones en revistas de acceso abierto) y la ruta verde (creación de repositorios de documentos). A continuación muestro un vídeo en el que Remedios Melero habla de este tema de forma resumida en la Semana Internacional de Acceso Abierto de la universidad de Cantabria (Clickar para más información).



Las ventajas que proporciona este acceso abierto son, entre otras, destaca la mejoría notable de la comunicación de la comunidad científica entre ella (a un investigador de un tema concreto le es ahora mucho más sencillo saber si ya hay documentación que trate o no su investigación, por lo que la calidad de la misma también se verá beneficiada) pero también al resto de la sociedad, la cual puede acceder más fácilmente a esta información; y no solo de un mismo país, ya que en este caso las diferencias económicas que pudiera haber entre un país y otro serían imperceptibles en este ámbito, ya que los científicos de cualquier parte del mundo tendrían a su disposición la misma información. Por tanto, otra gran ventaja sería el gran abaratamiento de los costes.

Para finalizar a modo de conclusión personal, considero que estamos en el principio de un proceso dificultoso pero necesario. Tengamos en cuenta que aún el 80% de la publicación científica sigue siendo de pago. Por ello y desgraciadamente, la ciencia sigue siendo a día de hoy un negocio, aunque puede servir precisamente esta realidad como detonante para que la comunidad científica luche por paliarla.

Bibliografía: ABADAL FALGUERAS, E., 2012. Acceso abierto a la ciencia. Barcelona: UOC. ISBN 9788497885485. Cap. "Fundamentos" pp. 8-16

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